




Es un blog que va a hablar sobre sonido,vibraciones y todo lo que tiene que ver con sonido
La aplicación de ultrasonidos a una disolución química puede permitir alcanzar, sin ningún peligro y por métodos relativamente simples, temperaturas localizadas tan altas como las de la superficie del Sol y presiones tan intensas como las existentes en la más profunda de las simas submarinas.
La vida media de este fenómeno se mide en microsegundos y, frecuentemente, permite incrementar las reactividades químicas por factores superiores al millón de veces. Desde hace unos pocos años los científicos están aprendiendo a conocer y dominar esta nueva técnica, la Sonoquímica, lo que puede traducirse en muy variadas y beneficiosas consecuencias.
ULTRASONIDOS. Los sonidos que percibimos los humanos no son sino ondas particulares que pueden ser captadas por nuestro sistema auditivo. Son ondas de comprensión y expansión, que han de propagarse en medios materiales, es decir, a través de sólidos, líquidos o gases, y que han de poseer un rango de frecuencia comprendido entre 20 hertzios y 16 kilohertzios. Un hertzio significa un ciclo de comprensión o expansión por cada segundo. Un sonido alcanza la clasificación de ultrasonido si su frecuencia supera los 16 kilohertzios, por lo que resultará, en principio, inaudible aunque su intensidad fuese superior a la de un motor a reacción.
En nuestro mundo, la utilización práctica de los ultrasonidos está bastante generalizada. Ejemplos cotidianos son: soldadores y perforadores ultrasónicos; sonares usados en pesca y navegación; examen de materiales industriales mediante ecopulsos; emulsionado de cosméticos y alimentos; diferentes tipos de ecografías médicas como las usadas en las embarazadas o en exámenes diagnósticos; uso de ultrasonidos para disgregar cálculos renales o biliares; baños de limpieza ultrasónica, como los utilizados en joyería; disruptores celulares en los laboratorios; e incluso pequeños instrumentos domésticos como los ahuyentadores de mosquitos u otros animales; las alarmas antirrobo o los emisores de señales. Sin embargo, lo que trataremos en este artículo es otra cosa diferente. Se trata de los efectos de los ultrasonidos de alta intensidad, fundamentalmente sobre medios líquidos, productores del fenómeno conocido como cavitación, del que se derivan interesantes consecuencias dentro de la Química.
El fenómeno de la cavitación fue observado por primera vez hace unos cien años cuando comenzaron a desarrollarse los primeros buques torpederos potentes. Sir John Isaac Thornycroft, arquitecto naval, constructor de esos primeros torpederos, para la Royal Navy observó un hecho interesante. Debido al giro a gran velocidad de los propulsores de los torpedos se formaban unas grandes burbujas o cavidades, cuyo colapso posterior venía acompañado de enormes turbulencias, calor y presión, que eran transmitidos a la superficie de los propulsores de los torpedos ocasionando su rápida erosión.
CAVITACIÓN. Una fuente de ultrasonidos, usualmente, consiste en un extremo piezoeléctrico que se mueve a gran velocidad usando energía eléctrica para ello. En 1927 se descubrió que las fuentes de ultrasonidos, con suficiente intensidad, aplicadas a los líquidos producían también el fenómeno de la cavitación. Pero la consecuencia química de ello, la Sonoquímica, tan solo se inició hace unos diez años, cuando se pudo disponer en los laboratorios de generadores de ultrasonidos eficientes de alta intensidad. Los ultrasonidos poseen unas longitudes de onda comprendidas entre los 10 centímetros y la centésima del milímetro. Ello significa que su tamaño es muy superior al de las moléculas, por lo que sus efectos no pueden ejercitarse a través de una interacción física directa entre las ondas y las moléculas que son alcanzadas por ellas. Lo que ocurre es que las ondas de ultrasonidos pasan al líquido donde el ciclo de expansión produce una presión tan negativa sobre el líquido que hace que localmente se separen las moléculas del líquido, creando allí una verdadera cavidad.
Usualmente ello tiene lugar en los sitios previamente contaminados de la disolución, aquellos en los que existen pequeñas partículas o microburbujas. Las cavidades así formadas absorben la energía procedente de las ondas ultrasónicas y crecen más o menos rápidamente, según cuales sean diversos parámetros y circunstancias conocidos, hasta llegar a un límite. En ese momento se comprime rápidamente la cavidad gaseosa, se colapsa, se produce su implosión, lo que genera una gran cantidad de calor, que puede alcanzar los 5.000 ºC, junto a una gran presión, que puede llegar a las 1000 atmósferas, en un proceso de duración casi instantánea. Todo ello es, pues, un mecanismo que sirve para concentrar, en forma de energía química útil, la energía difusa que portaba la onda ultrasónica.
UTILIDADES. ¿Para qué puede ser útil esa energía?. Se han realizado numerosas investigaciones usando diversas clase de sistemas: líquidos con sólidos en suspensión, mezclas líquidas homogéneas, polímeros en disolución y mezclas heterogéneas, sobre sistemas catalíticos homogéneos y heterogéneos, etcétera. El abanico de posibilidades que se está abriendo es muy amplio, incluyendo el posible uso industrial próximo de algunas de ellas. Por citar algunas de las más prometedoras, en sistemas líquidos que contienen partículas metálicas en suspensión, se puede conseguir que impacten entre sí a velocidades de unos 2.000 kilómetros por hora, con temperaturas tales que es posible su fusión selectiva. Ello se traduce en modificaciones notables en la textura superficial y en la reactividad.
La acción de los ultrasonidos sobre ciertas mezclas de hidrocarburos ha conducido a resultados semejantes a los que se obtienen mediante los complejos sistemas de pirólisis a alta temperatura, que constituyen el fundamento de la compleja industria petroquímica actual. Diversas moléculas de polímeros han sido fragmentadas y modificadas. De gran interés farmacológico y médico, para la dispensación de medicamentos, se considera la obtención de pequeñas microesferas proteináceas que pueden contener en su interior diversas sustancias, incluso líquidos insolubles en agua. Otras consecuciones se refieren a la relativa fácil realización de complejas reacciones orgánicas y organometálicas. La obtención, en medios heterogéneos, de polvos metálicos amorfos tendrá implicaciones tecnológicas ya que, por ejemplo, el polvo amorfo de hierro ha resultado ser un excelente catalizador para la síntesis de combustibles líquidos a partir de monóxido de carbono y de hidrógeno procedentes del tratamiento del carbón. Otro campo importante es la mejora de las propiedades de catalizadores metálicos así como la obtención de nuevos catalizadores heterogéneos, alguno de gran valor. Por ejemplo, los catalizadores para los automóviles, obtenidos por técnicas convencionales, en los que alguno de los componentes tiene un costo superior a las 3.000 pesetas el gramo.
En resumen, los ultrasonidos ya se utilizan normalmente en el procesado industrial de líquidos, así como en la emulsificación, desgasado y dispersión de sólidos. También en el procesado de sólidos: cortes, fusión, limpieza o precipitación. La que ahora se abre es una nueva faceta, la de la Sonoquímica, en la que cabe esperar que las silenciosas ondas de los ultrasonidos hagan posibles transformaciones y modificaciones químicas difíciles de conseguir hasta ahora, el modelado de la reactividad de diversas superficies, la consecución de catalizadores más eficaces, etcétera.Después de un año de reparaciones, el Gran colisionador de hadrones LHC, conocido como la "Máquina de Dios" ya está listo para empezar su lenta puesta en marcha. Con una temperatura de hasta 270 grados centígrados bajo cero -la temperatura imprescindible para que pueda operar- ayer se comenzó a inyectar un haz de protones en uno de sus sectores. La máquina mide 27 kilómetros de circunferencia y está instalado en un túnel bajo la frontera franco-suiza, en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN).
Hace un año, el colisionador sufrió una grave y extensa avería poco después de que el 10 de septiembre de 2008 se hicieran circular por su tubo de alto vacío los primeros haces de partículas. Un cortocircuito provocó serios daños en 53 grandes imanes superconductores (que tienen unos 15 metros de longitud cada uno) y el escape de varias toneladas de helio líquido refrigerante.
En el LHC deben circular haces de protones acelerados hasta casi la velocidad de la luz, en sentido opuesto dentro del tubo de vacío, que se harán chocar en 4 puntos donde están instalados unos gigantescos detectores que registrarán los efectos de las colisiones. En la desintegración de las partículas y la formación de otras nuevas, los físicos buscan nuevas claves del microcosmos y del funcionamiento de la materia y la energía.
Este año la puesta en marcha de la máquina es menos festiva que la del año pasado, cuando atrajo una gran atención mundial. Esta vez, los responsables del CERN decidieron ir de a poco. W25,10,09
Una visita a la Máquina de Dios con acento argentino
Por: GINEBRA. ENVIADO ESPECIAL
"Bancalari vení, vení que acá hay un científico que vivía enfrente de tu casa", le gritó Cristina Kirchner al diputado bonaerense de San Nicolás José Díaz Bancalari. Este giró sobre sus pasos y repuesto de la sorpresa, abundó en abrazos y se sacó fotos con el físico atómico Germán Martínez de 45 años, quien hizo los primeros pininos en dicha ciudad, se graduó en la Universidad de Florida y ahora forma parte de la veintena de científicos argentinos que trabaja, junto a otras 2.200 personas, en el acelerador de partículas atómicas más grande del mundo, bautizado como "La Máquina de Dios".
La broma con Díaz Bancalari fue un momento de distensión para la Presidenta, minutos después de haber estado 100 metros bajo tierra viendo el gigantesco aparato, que tiene 27 kilómetros de circunferencia, entre otras dimensiones que asombran.
Cristina bendijo con su presencia un acuerdo firmado por el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, y el director general el Consejo Europeo para la Investigacion Nuclear, Rolf Heur, y el director del Laboratorio de Instrumentación y Control de la Univesidad de Mar del Plata, Mario Benedetti. Este laboratorio colaborará en el diseño y la construcción de aceleradores de partículas atómicas para alimentar al Gran Colisionador de Hadrones, tal el nombre técnico de la Máquina de Dios.
Este es el más grande acelerador de partículas del mundo; luego del desperfecto sufrido en setiembre del año pasado se encuentra en la etapa final de reparación y estará listo para empezar a operar durante la primavera europea.
Las explicaciones fueron brindadas a la prensa argentina por Karina Loueiro, física de 41 años y Ariel Scharmann, de la misma profesión y de 39 años, científicos argentinos que forman parte del plantel de especialistas. Ariel, un porteño formado en la Univesidad de Stanford, todos los días va y viene en bicicleta desde este complejo en las afueras de Ginebra hasta una pequeña ciudad francesa pegada a la frontera donde vive.16,06,09 Clarin
El LHC, el colisionador de hadrones más potente del mundo, fue llevado a un nivel jamás alcanzado de aceleración, informó la Organización Europea de Investigación Nuclear (CERN). "El LHC se convirtió hoy (por ayer) en el más potente acelerador de partículas, tras haber acelerado dos ondas de protones a una energía de 1,18 TeV (teraelectronvoltios)", explicó en un comunicado el CERN, que explota el instrumento físico con el objetivo de develar los secretos de la creación del Universo. Hasta ahora, el récord era de uno de sus competidores, el Fermilab de Chicago, que logró una velocidad de 0,98 TeV en 2001. El LHC, enterrado a 100 metros de profundidad en las afueras de Ginebra, y que costó 3.760 millones de euros, se volvió a poner en marcha el viernes tras 14 meses parado por averías surgidas poco después de ser lanzado con gran pompa el 10 de septiembre de 2008.01,12,09
Por: Eliana Galarza
Cuando el primero de los hombres levantó su mirada y se preguntó qué había más allá empezó una de las más apasionantes aventuras del conocimiento. La respuesta nunca fue la misma. Cambió a medida que fue aumentando su capacidad de observación y entendimiento. Hace apenas 100 años se pensaba que el Universo estaba formado por una sola galaxia, la nuestra, la Vía Láctea. Hoy -gracias a satélites y mega telescopios terrestres y espaciales- se sabe que, en realidad, su parte observable engloba a 100.000 millones de galaxias, cada una con 100.000 millones de estrellas (como el Sol), un tercio de ellas con planetas parecidos a la Tierra girando a su alrededor. Y también se conoce su antigüedad, 13.700 millones de años. Tanto se se sabe que hasta se tiene una idea sobre su futuro. Pero de su origen, ni noticias. Ese es uno de los desafíos de la ciencia.
"Sabemos que, en este momento, el Universo está expandiéndose. Pero es muy difícil encontrar evidencia de lo que ocurrió en sus comienzos porque tuvo un período muy caliente. Estudiarlo es como analizar a los animales extintos: uno trata de buscar fósiles antiguos. Y ese período de calor infernal fue como un gran incendio que quemó todos los fósiles", comenta Juan Maldacena, un físico argentino, mente brillante, que da clases en la Universidad de Princeton, Estados Unidos.
El modo de investigar ese momento clave se concentra, entonces, en analizar los vestigios más cercanos a esa época en llamas. "Hoy en día se detecta una radiación tenue y diluida que inunda el Cosmos y es el 'fósil' de la radiación intensa y concentrada del Universo original", explica Roberto Venero, astrónomo del observatorio de la Universidad Nacional de La Plata. Es decir: cuando se intenta ver más allá, lo que se capta es una radiación "fósil" que viene del pasado. De hecho, lo más antiguo que se logró ver proviene del momento en que el Universo tenía 300.000 años. Todo lo anterior, como dice Maldacena, "se quemó".
"No es fácil hacer una predicción sobre cómo deberían hacerse las investigaciones para hallar una respuesta. Es como si quisiéramos saber sobre nuestro origen como individuos y sólo contáramos con la observación de nuestra evolución (nuestro envejecimiento). Podríamos sacar conclusiones, pero no completas. El tema del origen del Universo es, en todos los marcos que puedo pensar, el más difícil", dice Diego García Lambas, quien junto a Patricia Tissera -los dos de la Universidad de Córdoba- trabajan con el cosmólogo Simon White, director del Instituto Max Planck de Astrofísica, en Alemania.
El propio White también tiene sus dudas: "Lo único que tenemos es una idea posible para el origen del universo visible, pero no está del todo desarrollada. Sólo sabemos qué ocurrió en un período que se conoce como inflación".
Pese a los escollos, la comunidad científica insiste en el análisis de imágenes arcaicas. "La radiación fósil del Universo -detectada por radares microondas y satélites, como lo fueron las antenas de Bells Laboratories, el satélite COBE, hoy WMAP, y el recientemente lanzado Planck- es como una ventana a su origen, tanto para la teoría como para la observación", describe Norma Sánchez, otra física argentina, directora de Investigación del Centro Nacional de Investigaciones Científicas, el prestigioso CNRS de Francia.
Las imágenes "fósiles" que faltan en el álbum del Universo no son, sin embargo, el único inconveniente para develar su origen. Hay, además, un problema de "lenguaje". Ocurre que para estudiar ese momento inicial no es posible usar las leyes que rigen el Universo actual: se necesitan otras herramientas para entenderlo. "Existen varias teorías que buscan acercarse a ese supuesto escenario. Son aquellas que intentan amalgamar adecuadamente a la relatividad general de Einstein y a la mecánica cuántica, los dos grandes marcos teóricos de la física del siglo XX", apunta el cosmólogo Alejandro Gangui, del Conicet. En otras palabras, hace falta una teoría unificadora. "Para describir el origen y la evolución temprana del Universo, necesitamos conocer la física a escalas superiores. Unas energías que son superiores a las que podría estudiar el gran colisionador de hadrones (LHC o 'máquina de Dios')", agrega Héctor de Vega, del CNRS francés. Conclusión: no se sabe cómo estudiar esas energías.
Lo que sí se conoce es el modelo que explica qué habría pasado poco después de su génesis: "El Big Bang es un conjunto de teorías que trata de describir cómo sucedieron los hechos que dieron origen a lo que observamos a nuestro alrededor, así como la evolución del Universo como un todo (Ver Infografía)", detalla Gabriel Bengoechea, del Instituto de Astronomía y Física del Espacio.
¿Qué papel jugaría la "máquina de Dios", mencionada por De Vega? "El LHC es un acelerador de partículas diseñado para colisionar iones y protones pesados, circulando en direcciones opuestas en un anillo de 27 km de circunferencia, a energías sin precedentes. Esas altísimas densidades de energía permiten recrear, en una escala microscópica, las condiciones existentes unas pocas fracciones de segundo después del Big Bang. Así contribuye al entendimiento de cómo fue evolucionando hasta el presente", comenta María Teresa Dova, una física argentina que trabaja en el Gran Colisionador de Hadrones, construido en la frontera entre Francia y Suiza.
Mientras la maquinaria científica intenta resolver el enigma, las teorías sobre cómo es el Cosmos siguen apareciendo como brotes de primavera.Una de las más llamativas asegura que, en realidad, es como un Multiverso, un conglomerado de mini universos.
¿Se sabrá en algún momento cómo empezó todo? "En la historia de la ciencia, cosas que parecían imposibles de entender resultaron ser relativamente sencillas. Por ejemplo, la estructura de los átomos. El Universo era mucho más sencillo de describir cuando tenía 1 segundo de existencia. Es posible que una vez que entendamos cómo describirlo, sea todavía más fácil", sentencia Juan Maldacena. 08,11,09 Clarin